Los controles para los caballos de las jineteadas del Prado y qué dicen sus defensores
El exintendente Di Candia reclamó por el sufrimiento de los animales, pero los jinetes reivindican la popularidad del evento y los cuidados.
La muerte este domingo de un caballo que participaba de las jineteadas en la Semana Criolla del Prado generó nuevas críticas sobre una actividad arraigada en las tradiciones más profundas de Uruguay y que se expande en distintas zonas del territorio.
Uno de los que las cuestionó fue el exintendente de Montevideo, el frenteamplista Christian Di Candia, que como jerarca ya se había manifestado en contra. Por su parte, la Plataforma Animalista pidió la suspensión de la actividad. Pero su visión se contrapone a la de los jinetes y sus seguidores, que reivindican la popularidad del evento y aseguran que los cuidados tomados en el Prado son los más exigentes del país.
Las jineteadas son una parte central de la Semana Criolla. El concurso de jinetes y el concurso de tropillas tiene un reglamento cuyo incumplimiento prevé sanciones que van de tres a cinco años de suspensión de la posibilidad de inscribirse en el torneo, según publicó la Intendencia de Montevideo (IM) en su sitio web.
Entre los requisitos para la participación, la IM fija en 20 años la edad máxima de los potros, analiza antecedentes, vacunas y controles de sustancias consumidas por los equinos.
La directora de Cultura de la IM, María Inés Obaldía, dijo este domingo en una rueda de prensa que la comuna lleva adelante un observatorio de la salud y bienestar de los animales, que está compuesto por tres veterinarios de la administración y un grupo de estudiantes de la Facultad de Veterinaria.
El reglamento
Además de no estar habilitado para potros de más de 20 años, la organización del concurso de jinetes no admitirá “potros en los que se haya constatado en el pasado conductas o actitudes peligrosas para su propia integridad física o la de los jinetes”, según estableció la Intendencia de Montevideo. Este punto es controlado tanto en el momento de la selección de los animales como en la competencia.
Tanto el capataz de campo como el jurado evaluarán, además, el comportamiento del caballo en el palenque y, “en caso de constatarse la indocilidad”, podrán: reprogramar la monta; sancionar en puntaje a la monta; o resolver la descalificación del concurso.
En cuanto a las vacunas, es obligatoria la inmunización contra contra rinoneumonitis, influenza y tétanos.
Además, la Intendencia podrá realizar toma de muestras a los equinos que desee, para efectuar controles de sustancias estimulantes no autorizadas. En caso de constatarse el uso, la tropilla será penalizada con la suspensión de tres a cinco años en el concurso.
El reglamento también establece como obligatorio el control antidoping en caso de muerte o lesión grave de un caballo, y además establece testeos aleatorios para todos los caballos dentro del torneo.
Está prohibido, además, el uso de espuelas con puntas. Las utilizadas hace unos cinco años son entregadas por los organizadores y son mochas, para no lastimar a los animales.
La IM, que promueve el evento realizado en la Rural, aseguró este domingo a través de un comunicado que tiene “compromiso de continuar profundizando todas las medidas a su alcance para la prevención por el cuidado y la protección animal”.
El gerente de Festejos y Espectáculos Públicos de la Intendencia de Montevideo, Pablo Barletta, dijo a Canal 5 Noticias que en la administración son “los que más” lamentan la muerte del animal. “Hay jineteadas en los 19 departamentos, pero créanme que la que más cuida a los caballos, a los jinetes, es la Criolla del Prado”, dijo.
De todos modos, el jerarca dijo que el “accidente” no condiciona el futuro desarrollo del evento. “Estamos trabajando para minimizar la probabilidad de accidentes. No podemos llevarla a cero. Ya ve que, con todos los cuidados que estamos teniendo, también se pueden dar este tipo de accidentes”, agregó Barletta.
“Había 40.000 personas mirando la fiesta y aplaudiendo”
Carlos Casas, que es veterinario, fue jinete, y además integra el jurado del concurso en el Prado, defendió, en diálogo con Montevideo Portal, la legitimidad de la celebración y remarcó que solo este domingo hubo 40.000 personas que asistieron.
“Hay grupos que no están de acuerdo, pero ayer había 40.000 mil personas mirando la fiesta y aplaudiendo. O sea, estaban manifestándose porque les gusta la actividad. Es una pasión. Hay que ver un poco quién hace ruido y quién no”, dijo.
“Es una tradición que hace 100 años que se hace. La idea es que se siga haciendo, teniendo los cuidados necesarios que puedan hacerse dentro de la prueba. Hay cosas que no son manejables dentro de la prueba. Las espuelas hay que usarlas, es un elemento que hay que usarlo. Para que la prueba sea compatible con los cuidados de los animales hay ciertos criterios que creo se han tomado en su gran mayoría”, completó.
Según relató Casas, la intendenta Carolina Cosse comentó este lunes en un almuerzo con jurados de la actividad que las puertas de la Rural están abiertas para los grupos animalistas. Sin embargo, Casas remarcó que, a su criterio, quienes reclaman son “un grupo minoritario ante lo que mueve la fiesta”.
El exjinete y ahora jurado dijo que las personas en la actividad lo reconocen como un deporte “de alto riesgo”, donde “se toman todas las medidas del caso para la pruebas que se están haciendo”.
“Este ruedo es como el referente. Con las espuelas, la sanidad, el puntapié lo dio el Prado. Hay otras organizaciones más informales que no tienen control de ningún tipo. El bienestar animal está en todos los animales. A veces acá en el Prado, como está toda la prensa acá, se hace más ruido que en otras fiestas”, agregó. “Es el único ruedo del país donde la organización da las espuelas en la categoría pelo”, precisó.
“Tradiciones sí, pero no a cualquier costo”
El exintendente de Montevideo Christian Di Candia se mostró crítico con las jineteadas que se realizan cada año en la Criolla del Prado, y en otros lugares del territorio, luego de que un caballo participante en el evento muriera este domingo luego de sufrir una fractura y enfrentar una hemorragia.
“Tradiciones sí, pero no a cualquier costo. En nuestra ciudad hay que seguir profundizando en bienestar animal”, afirmó Di Candia, y agregó que “la fiesta deja de ser fiesta cuando hay un otro que sufre”, según expresó a través de un mensaje en su cuenta de Twitter.
Di Candia fue intendente entre 2019 y 2020, tras asumir como suplente de Daniel Martínez. En tanto, desde 2015 fue prosecretario de la comuna. En esa administración, el frenteamplista impulsó en la interna del gobierno departamental la suspensión de las jineteadas, pero no logró apoyo ni del gabinete ni de sectores del Frente Amplio en la Junta Departamental de Montevideo.
En 2019, tras la muerte de otro caballo, Di Candia planteó a la Junta Departamental que conforme una comisión especial para analizar una definición al respecto de la continuidad del espectáculo.
“Como intendente, y de acuerdo a mis convicciones políticas, entiendo que el Estado no debe promover ningún deporte que implique violencia con riesgo de vida, ni de animales ni de personas”, dijo, y recordó que los jinetes también sufren lesiones de manera frecuente.
“Estoy convencido de que hay cambios de paradigmas, que hay una nueva agenda y que las perspectivas generacionales en esta agenda pesan, y pesan mucho. Esos cambios de paradigmas implican también transformaciones culturales que, como dijimos en el discurso de asunción, estamos dispuestos a provocarlas”, añadió.
El asesor de Presidencia de la República en bienestar animal, Gastón Cossia, también fue crítico con las jineteadas tras lo ocurrido este domingo en el Prado. El exdirector del Instituto de Bienestar Animal calificó como “lamentable” que se realiza una actividad “cargada de riesgos extremos para jinetes y caballos”.
El raid hípico
Otras de las actividades tradicionales del mundo ecuestre es el raid hípico, una competencia que tiene recorridos de entre 60 y 115 kilómetros, divididos en dos etapas. Las distancias, en promedio, son recorridas a velocidades que oscilan entre 25 y 34 kilómetros por hora.
La Federación Ecuestre del Uruguay (FEU) es la organizadora de un conjunto de estos eventos. El presidente de esa organización, Marcos Borges, defendió en diálogo con Montevideo Portal la organización del raid federado. La competencia tiene además un código de penas, ejecutado por un tribunal conformado con dos abogados y tres veterinarios.
“Sabemos que son actividades muy tradicionales, que mueven mucho, que generan movimiento tanto económico como social, y que son actividades muy arraigadas. Por supuesto, siempre se debe ir en concordancia de cuanto más controles hayan a favor del y el bienestar cuidado del animal”, dijo Borges.
El presidente de la FEU dijo que en el raid “se nota muchísimo la vida deportiva” de los caballos de raid, y citó como ejemplo el caso de uno de los ganadores de la última etapa, que es un equino que lleva ocho años corriendo.
“Cada disciplina tienen su particularidad de cómo se disputa, pero creo que no perdiendo la esencia de la actividad, pero siempre cuidando el bienestar animal, creo que no podemos ser tan extremistas de a veces querer eliminar actividades. Pero sí debemos extremar cada vez más los controles”, agregó el dirigente.
Los controles
En cada una de las pruebas del raid hípico federado es conformado un Cuerpo Veterinario, donde hay un veterinario cada seis caballos, con un mínimo de cuatro profesionales en cada prueba.
El primer control de los animales es realizado los días sábado, durante una inspección ante el Cuerpo Veterinario y las autoridades de la FEU. Allí se controlan vacunas, el test de anemia infecciosa, el pasaporte y el chip identificatorio. Luego se controla, mediante la dentadura, que no compitan aquellos equinos menores de cinco años y se hace una inspección de los parámetros locomotores del animal.
“Si el equino es autorizado a largar, pasará por el laboratorio móvil de la prueba, donde se le extrae una muestra de sangre para evaluar hematocrito y proteínas plasmáticas totales, los cuales nos van a indicar el grado de hidratación del mismo”, señala la FEU en un documento donde presenta la actividad.
El día domingo, al final de la primera etapa, los animales arriban a lo que se conoce como Predio de Neutralización. Allí son asistidos por sus aparcerías y, a los 20 minutos, pasan al control veterinario, donde se procede a una revisación metabólica y funcional. Los que no estén aptos para continuar en la segunda etapa, quedarán en un predio establecido para su recuperación, donde los veterinarios los atienden y formulan análisis de sangre.
Una vez finalizada la segunda etapa, los animales que lleguen en primer y segundo lugar serán sometidos a un control antidoping. El control también podrá ser realizado a otros equinos.
“Todos los equinos que hayan completado la prueba o hayan hecho abandono de la misma, deberán de concurrir y permanecer en el predio de recuperación (hospital), desarrollándose de la misma manera que se realiza en neutralización, retirándose solamente con el alta médica”, dice el documento de le FEU.