8° Etapa de la Liguilla, por donde pasaron La Cayetana, Curtidores de Hongos y Doña Bastarda.
LA CAYETANA
Tiene el mejor medio de esta temporada en la categoría murga. Los “Carolinos” hacen reír cantando, emocionan, sorprenden, critican, manejan la sátira, poseen poesía murguera y son duros cuando dan su editorial ósea tienen todo lo que un conjunto de este “palo” tiene que tener.
En esta tercera rueda volvió a demostrar la fortaleza de su espectáculo teniendo al público de pie por varios momentos.
La siesta (su cuplé central) es sin duda alguna, el mejor de la temporada pues tiene humor y luego da un quiebre para ponernos al día con la realidad nacional de forma descarnada.
El coro tiene aciertos y la musicalidad le hace perder efectividad en algún pasaje.
En definitiva un tremendo espectáculo que se metería de cabeza entre las que llegan con chance aunque, creemos que tendría dos o tres rivales por encima.
Gran año de este título.
CURTIDORES DE HONGOS
Regresó para demostrar que la clasificación a la liguilla se justificaba y creemos que hizo todo para lograrlo.
La murga ganó en dinámica y eso le permitió sacarle el mejor partido a un texto con altibajos que, en esta oportunidad tuvo mejores interpretaciones.
Este conjunto es de los grandes de nuestro carnaval y su presencia en cada concurso despierta avidez por parte del público llegando a cosechar una hinchada que fielmente se sube a la cantera para apoyar a “la murga polenta”.
Hay muy buenos momentos y hay momentos donde la desidia se apodera del ambiente.
La canción al Chato Ambrosio y su despedida son puntos altísimos en este show murguero.
Sin lugar a ninguna duda no es de los mejores años de este conjunto que no encuentra la llave para entrar en las últimas definiciones pero, sigue jugando en las grandes ligas.
DOÑA BASTARDA
Jugó fuerte esta temporada y decidió apostar por elevar la mira y cantar por encima del jurado.
Un discurso comprometido con la realidad nacional, con las necesidades de los menos privilegiados y por sobre todo con el compromiso de cambiar la realidad y seguir buscando la utopía de la pública felicidad.
Mantiene una postura arriesgada, juega al límite del panfleto (yo no lo creo) y no le importa porque entiende que tiene que tener una mirada superadora al reglamento y está dispuesta a perder posiciones en el concurso si ese es el precio a pagar por su osadía.
Comparto todas y cada una de las palabras de este texto pero también entiendo que en la competencia es probable que la deje en la mitad del camino a la gloria.
Respeto a quienes se juegan por sus ideas y pagan gustosos el precio que les toca. Salú…
